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3.
LAS FORMAS DE LA EXPERIENCIA FILOSÓFICA
A
partir de los distintos problemas filosóficos,
como hemos dicho, se han generado distintos tipos de
experiencia filosófica. La siguiente ordenación
sigue un orden cronológico, pues pretende mostrar,
por un lado, que las sucesivas experiencias filosóficas
ante el mundo constituyen una progresiva profundización
en el conocimiento de la realidad y, por otro lado,
que existe una relación entre unas y otras que
no conviene olvidar.
Al
referirnos en esta ocasión a las experiencias
filosóficas que se han dado a lo largo de la
historia abandonaremos el enfoque individual del anterior
apartado para pasar a hablar de los intereses y problemas,
las incógnitas y las preocupaciones de épocas
o pueblos enteros (si bien es cierto que los textos
de los que nos valemos para ejemplificar cada experiencia,
son, naturalmente, fruto de un solo autor, no por ello
dejan de ser representativos de la manera de experimentar
o de ver el mundo de un grupo social en un momento dado).
Hablar de la experiencias "colectivas" presenta sin
duda más problemas de análisis, pero es
indudable que tales distinciones por épocas (filosofía
griega o filosofía romana, por ejemplo) o incluso
por países (filosofía inglesa y filosofía
alemana) suponen una inestimable ayuda a la hora de
aglutinar y agrupar las diversas formas de entender
el mundo y la propia filosofía (más adelante
examinaremos esta cuestión con cierto detenimiento).
La
primera experiencia que aparece en la historia de la
filosofía es la que podríamos denominar
experiencia físico-natural ,
y hace su aparición de la mano del problema de
la Physis o Naturaleza, esto es, la búsqueda
de un principio básico que constituya la realidad
originaria de todas las cosas (las respuestas a este
problema por parte de algunos presocráticos,
fueron los diversos elementos, o una cierta combinación
de ellos). No obstante no transcurre mucho tiempo hasta
que aparece una genuina experiencia metafísica
con el problema del Ser planteado por Parménides.
La experiencia metafísica supone la preocupación
por el fundamento último de esa realidad. Con
Sócrates se tratan de lleno las cuestiones acerca
de la virtud y la moral, con lo que irrumpe la experiencia
ética o axiológica (en torno
a los valores), tratada igualmente por los sofistas,
quienes a su vez reflexionan sobre el lenguaje y la
política así como el problema del conocimiento.
Podríamos denominar a cada una de las maneras
de enfrentarse a estos problemas experiencia
lingüística, política ,
etc. pero el término no es adecuado en todos
los casos (los más oportunos tal vez sean los
de experiencia metafísica y ética, ejemplificada
esta última por los dilemas éticos o por
los casos de conductas ejemplares). En cualquier caso
lo importante es constatar que cada tipo de problema
se vive de una determinada forma, da lugar a distintas
actitudes y tiene como consecuencia distintas soluciones.
¿Bajo qué nombre calificaríamos,
por ejemplo, la siguiente experiencia que recoge Demócrito?:
"Hay
que reconocer que la vida humana es frágil,
que dura poco y que constantemente se ve
sacudida por los golpes y las dificultades
del destino; por lo tanto, no debe preocuparse
uno por poseer, más que moderadamente,
y medir la miserias según lo que
es necesario."
|
Demócrito
de Abdera
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Platón
es el primer gran sistematizador de la historia de la
filosofía, y no hay problema filosófico
que no reciba cierta atención de su parte. La
famosa afirmación de A. N. Whitehead, "la historia
de la filosofía occidental es una serie de notas
a pie de página de la filosofía de Platón",
puede parecer exagerada en cuanto al contenido se refiere,
pero en lo que respecta a nuevos enfoques, problemas
y experiencias no resulta tan descabellada. Todos los
temas mencionados anteriormente, así como la
experiencia estética, el amor, la muerte, la
historia, la naturaleza humana, la matemática,
el placer y cuantas cuestiones pueden ser objeto de
la filosofía, tuvieron cabida en su filosofía
(probablemente la lógica formal sea la única
excepción)
El
siguiente ejemplo muestra las reflexiones de Platón
con motivo de su experiencia política. Si bien
su experiencia es individual y exclusivamente suya,
representa, como ya hemos dicho, un modo de sentir que
sin duda compartirán muchas otras personas, no
solamente en su tiempo, sino en otras épocas
y lugares:
"Al
ver esto y al ver a los hombres que llevaban
la política, cuanto más consideraba
yo las leyes y las costumbres, y más
iba avanzando en edad, tanto más
difícil me fue pareciendo administrar
bien los asuntos del Estado. La legislación
y la moralidad estaban corrompidas hasta
tal punto que yo, lleno de ardor al principio
para trabajar por el bien público,
considerando esta situación y de
qué manera iba todo a la deriva,
acabé por quedar aturdido. Finalmente,
llegué a comprender que todos los
Estados actuales están mal gobernados,
pues su legislación es prácticamente
incurable sin unir unos preparativos enérgicos
a unas circunstancias felices. Entonces
me sentí irresistiblemente movido
a alabar la verdadera filosofía,
y a proclamar que sólo con su luz
se puede reconocer dónde está
la justicia en la vida pública y
en la vida privada. Así pues, no
acabarán los males para el hombre
hasta que llegue la raza de los puros y
auténticos filósofos al poder,
o hasta que los jefes de las ciudades, por
una especial gracia de la divinidad, no
se pongan verdaderamente a filosofar"
|
Carta
VII, Platón
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Aristóteles,
considerado el iniciador de la lógica formal
clásica (aunque muy limitada en comparación
con los desarrollos de la lógica contemporánea)
tiene como experiencia fundamental la metafísica
y la búsqueda de los principios de todos los
seres. Como todos los grandes sistematizadotes que se
han dado a lo largo de la historia de la filosofía,
su gran preocupación fue la del orden y armonía
interna de su sistema. En su caso se vio influido en
gran medida por el estudio de la naturaleza y de la
biología, lo que le llevó a estudiar la
realidad buscando su origen, constitución y finalidad.
Con
la filosofía helenística, que responde
directamente a una época de inestabilidad e inseguridad
política, la filosofía se convierte en
una útil herramienta para alcanzar la felicidad.
La reflexión, y la actitud que debe derivar de
ella, tienen una finalidad práctica y una importancia
fundamental, hasta el punto de convertirse en un "modo
de vida". Las especulaciones abstractas, especialmente
en la etapa final del período helenístico,
son olvidadas o rechazadas en la medida en que no proporcionan
un modelo de conducta satisfactorio. El estado de ánimo
del sabio, según esta forma de entender la filosofía,
se caracteriza por ser independiente, justo y ecuánime.
Es un modelo que ha calado en el imaginario colectivo
hasta el punto de conformar la figura del sabio por
excelencia.
La
experiencia religiosa no es, estrictamente
hablando, una experiencia filosófica (aunque
puede tener elementos metafísicos). Sin embargo,
no por ello es ignorada por los filósofos, para
los cuales las cuestiones relativas a la fe o a la relación
entre ciencia y religión han ocupado un lugar
central, especialmente en la época medieval a
partir de la difusión e implantación del
cristianismo en occidente. San Agustín o Santo
Tomás son ejemplos de este modo de experimentar
la filosofía. Ahora bien, dado que la experiencia
religiosa está íntimamente vinculada a
otras experiencias que sí pueden considerarse
genuinamente filosóficas, como la experiencia
de la mortalidad, de la finitud del ser humano o del
sentido de la vida, abundan a lo largo de la historia
de la filosofía ejemplos de este modo de vivir
y sentir:
"El
hombre no es más que una caña,
la más debil de la naturaleza; pero
es una caña pensante. No es necesario
que todo el universo se arme para destrozarlo:
un vapor, una gota de agua es suficiente
para matarlo. Pero aunque el universo lo
destrozase, el hombre sería aún
más noble que el que lo mata, porque
sabe que muere y sabe la superioridad del
universo sobre él; en cambio, el
universo no sabe nada de ello. Toda nuestra
dignidad consiste, pues, en el pensamiento.
Es con éste como debemos ennoblecernos,
y no con el espacio y el tiempo que podamos
ocupar"
"Navegamos en un vasto mar, siempre inseguros
e inestables, arrojados de un extremo a
otro. Cuando vislumbramos alguna roca que
nos permita acercarnos a ella y ponernos
a salvo, desaparece y nos abandona, y si
la perseguimos, se desliza y se nos escurre
de las manos, huyendo en una fuga eterna.
Nada se detiene por nosotros. Ésta
es nuestra condición natural, que
sin embargo es lo más contrario a
nuestra inclinación; deseamos con
ardor el hallar un orden estable y una base
última para edificar en ella una
torre que se alce hasta el infinito; pero
todo nuestro fundamento se agrieta y la
tierra se abre en un abismo."
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Pensamientos
, Blaise Pascal
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El
curso posterior de la historia de la filosofía
profundizará en estas experiencias, las vivirá
de otra manera, pero no llegarán a crearse formas
completamente nuevas. Lo que si sufrirá un gran
desarrollo será la reflexión filosófica
con respecto a otras áreas del conocimiento.
De esta forma harán su aparición, por
poner algunos ejemplos, la filosofía de la acción,
filosofía de la historia, filosofía de
la matemática, filosofía de la ciencia,
filosofía de la historia, etc.
Como
hemos podido comprobar, lo que llamamos experiencia
filosófica es una síntesis de factores
personales tales como el carácter individual
y la historia personal y de factores sociales. Adolfo
Sánchez Vázquez lo plantea de la siguiente
forma:
"¿Podría
afirmarse como afirman Nietzsche y Wittgenstein
que toda filosofía es una autobiografía,
como decía mi maestro Gaos, "confesión
personal"? No; la obra es irreductible a
la existencia individual de su creador,
incluso en la poesía lírica,
pues la subjetividad no es absoluta. Menos
reductible aún es la filosofía,
ya que en ella se hacen presentes la sociedad,
la época, la clase, la tradición,
elementos todos que trascienden al individuo,
aunque el filósofo se nutra de todos
ellos."
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Filosofía
y circunstancias , Adolfo Sánchez
Vázquez
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Para
distinguir en qué medida la experiencia filosófica
de un autor concreto está influida por su carácter
o por el momento histórico en el que se encuentra
resulta muy práctico e ilustrativo compararlo
con otro autor que haya abordado el mismo problema.
Por ejemplo, parece claro que las diferencias en el
modo de experimentar las paradojas lógicas por
parte de Wittgenstein, para quien suponían un
verdadero tormento y fuente de angustia, con la manera
como las vivía Lewis Carroll, para el cual eran
fuente de diversión y entretenimiento, se debe
fundamentalmente a la diferencia de caracteres de uno
y otro. Por el contrario, en el modo de aproximarse
a las cuestiones religiosas de los filósofos
medievales, pongamos por caso, y de Kierkegaard, no
se puede olvidar el momento histórico de cada
uno y la tradición de pensamiento con la que
cada uno cuenta.
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