El debate que tuvo lugar entre Sócrates y los sofistas es importante por diversos motivos. En primer lugar porque supone un giro en la dirección que hasta el momento había tenido la filosofía. En esta etapa se prestará atención a materias hasta el momento inexploradas o vagamente estudiadas. En segundo lugar las cuestiones son planteadas de tal forma y con tal radicalidad que los mismos problemas volverán a surgir a lo largo de la historia de la filosofía, pero no sólo en la filosofía, sino que además, y al contrario del caso de los presocráticos, incluso en el ámbito de la vida cotidiana actual sería fácil encontrar debates y situaciones paralelas a las que vivió Sócrates. La carga despectiva del término sofista, cuya adecuación ya comentamos, no es sino otro ejemplo de la perdurabilidad de aquel debate. Más concretamente, de la perdurabilidad de la postura socrática gracias a la influencia que en la cultura occidental ha tenido la figura de Platón. Aunque esto, no obstante, es otro tema. Veámoslo a continuación.
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