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CUADERNOS DE FILOSOFÍA

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4. LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS
4.2. Filosofía pluralista.

4.2.1. Pitágoras y el pitagorismo

La tradición ha revestido de tantos elementos legendarios la figura de Pitágoras que es muy difícil conocer su realidad histórica. Sus doctrinas las conocemos a través de las obras de sus discípulos.

Está probado que viajó a la Magna Grecia (sur de Italia) y que vivióo en Crotona, donde fundó su escuela, de corte matemático, filosófico y sectario-religioso. Daban una gran importancia a las matemáticas, a la música, a la meditación, etc., aunque su objetivo básico era la renovación moral y política. Su influencia se extendió, hasta el punto de que los pitagóricos acabaron dirigiendo Crotona y otras ciudades. Pero su elitismo y la aversión a la democracia de los pitagóricos hizo que sus habitantes se levantaran contra ellos, matando a muchos y exiliándose otros. Pitágoras logró huir, y se refugió en Tarento, muriendo al fin en Metaponto.

Pitágoras parece que no dejó nada escrito. Algunas obras que se le atribuyeron en la antigüedad, como Los tres libros , o Versos áureos , se ha comprobado que son escritos apócrifos del siglo I d.C. a esto hay que unir que el pitagorismo se presentó como una secta esotérica, por lo que ni sus doctrinas ni sus escritos eran fáciles de ser conocidos. La mayor fuente "directa" de conocimientos de esta secta nos viene por Filolao de Crotona (nacido el 474 a.C.) que fue miembro del grupo y se considera su máximo divulgador.

La escuela pitagórica se prolongó durante mucho tiempo, y en su largo recorrido histórico se mezclan diversas doctrinas y teorías, algunas de las cuales pueden haber sido iniciadas por el mismo Pitágoras, pero otras son, con toda seguridad, muy posteriores.

Además de las doctrinas que se atribuyen a Pitágoras, el pitagorismo es el conjunto de doctrinas de autores como Hipaso de Metaponto (a quien parece deberse el llamado "teorema de Pitágoras"), Ecfanto, Hicetas, Filolao, Arquitas de Tarento y, aunque separándose un poco del conjunto de los otros autores, también Alcmeón de Crotona .

 

 

El famosísimo teorema de Pitágoras, formulado de memoria innumerables veces (aunque, precisamente por ello, no siempre comprendido o asimilado) es representado aquí de tal forma que muestra lo más claramente posible la relación entre los cuadrados de los catetos y el cuadrado de la hipotenusa.

Por lo general, estos filósofos siguen la tendencia místico-religiosa general del pensamiento de Pitágoras. Abogando por una vida ascética y por la realización de ritos purificadores. Concebían el estudio de las matemáticas como campo de purificación moral.

Conciben la naturaleza a partir de relaciones numéricas y, además, el número es para ellos el arjé y la materia de las cosas. La concepción pitagórica de los números está fuertemente marcada por el misticismo, y los consideran tanto responsables de la armonía que gobierna el cosmos como elementos explicativos de las cualidades morales. De la misma manera que la armonía musical (expresable mediante relaciones numéricas) implica la unidad de una multiplicidad de sonidos separados entre sí por intervalos definidos, conciben el conjunto del cosmos como un todo ordenado por relaciones numéricas que forman la armonía del cosmos. Esto es así porque la naturaleza misma es mezcla de unidad y multiplicidad, de lo determinado y lo indeterminado, ya que todo está regido por los mismos principios del límite y lo ilimitado que rigen los números.

Los pitagóricos afirmaban que existen una serie de principios opuestos, algo que tienen en común con la concepción del Ying y el Yang y otras filosofías orientales.(1)

LÍMITADO

ILIMITADO

Impar

Uno

Derecho

Masculino

Estático

Recto

Luz

Bueno

Cuadrado

Par

Múltiple

Izquierdo

Femenino

En movimiento

Curvo

Oscuridad

Malo

Oblongo

Todos estos opuestos tienen su origen en El Uno. (2)

Los pitagóricos defienden un modelo cosmológico según el cual la tierra no es el centro del universo, sino que gira, al igual que todos los otros cuerpos celestes, incluido el sol, alrededor de un fuego central. Contando este fuego central, más todos los otros astros conocidos, forman un conjunto de nueve cuerpos celestes, pero como consideran que el 10 es el número perfecto (1+2+3+4=10, y los cuatro primeros números son los que determinan las concordancias musicales), al que representan como un triángulo al que llaman tetraktys , incluyen en su modelo cosmológico un décimo cuerpo celeste, la anti-tierrra , que por estar opuesta a la tierra, es invisible para nosotros. Las diferencias entre las órbitas de estos cuerpos celestes, y el movimiento de éstos, forman una armonía cósmica o música de las esferas.


Una de las principales crisis con las que se tuvo que enfrentar la escuela pitagórica fue debida, precisamente, al descubrimiento del Teorema de Pitágoras, ya que manifestaba la existencia de números inconmensurables (como la diagonal de un cuadrado y su lado). La existencia de estas magnitudes suscitó un fuerte debate en el seno de la escuela y puso de manifiesto el problema del continuo. A partir de este momento la aritmética y la geometría siguieron distintos caminos, y el problema mismo del continuo originó una importante fuente de reflexión filosófica que fue explotada por Zenón de Elea con sus paradojas.

La concepción política de los pitagóricos era elitista y aristocrática, concibiendo la sociedad como dirigida por los sabios (que sigue la estructura de la misma secta pitagórica) como el modelo de la polis ideal.

La ética pitagórica, por otra parte, está dominada por la creencia en la transmigración de las almas o mentempsicosis, que es la creencia religiosa y filosófica que profesa un dualismo extremo, originaria de Oriente, que sostiene que las almas transmigran o cambian de cuerpo, tras la muerte. La concepción de la ética pitagórica está igualmente dominada por el dualismo órfico y la asunción de ciertos misterios similares a los órficos. Aconsejaban la obediencia y el silencio, la abstinencia de consumir alimentos, la sencillez en el vestir y en las posesiones, y el hábito del autoanálisis. El orfismo cree que el hombre es el alma, que vive presa en el cuerpo. Esa alma es como una chispa divina, que debe purificarse para poder, mediante la mentepsicosis, hallar la divina liberación.

A pesar de su longitud, incluimos el siguiente texto de Bertrand Russell para mostrar con detalle la importancia que Pitágoras ha tenido en nuestra visión del mundo

"La influencia de la geometría en la filosofía y el método científico ha sido profunda. La geometría, tal como fue establecida por los griegos, comienza con axiomas que son (o creían ser) evidentes en sí mismos. Luego avanza la geometría por razonamientos deductivos hasta teoremas que no son, ni mucho menos, evidentes en sí. Los axiomas y teoremas se tienen por ciertos en el espacio real, y éste es algo dado por la experiencia. Así parecía ser posible descubrir cosas del mundo real, descubriendo primero lo que es evidente en sí, y después haciendo uso de la deducción. Esta idea influyó en Platón, Kant y en la mayoría de los filósofos intermedios. Cuando dice la Declaración de Independencia que "estas verdades las consideramos como evidentes en sí", se rige por Euclides. La doctrina del siglo XVIII de los derechos naturales es una búsqueda de axiomas euclidianos en el campo de la política.* La forma de "los principios" de Newton, a pesar de su materia reconocidamente empírica, está dominada del todo por Euclides. La teología, en sus exactas formas escolásticas, se nutre de la misma fuente; la religión personal se deriva del éxtasis, la teología, de las matemáticas, y ambas se encuentran en Pitágoras.
Creo que la matemática es la fuente principal de la fe en la verdad eterna y exacta y en un mundo suprasensible e inteligible. La geometría trata de círculos exactos, pero ningún objeto sensible es exactamente circular; por muy cuidadosamente que manejemos el compás siempre habrá imperfecciones e irregularidades. Esto sugiere la idea de que todo el razonamiento exacto comprende objetos ideales, en contraposición a los sensibles; es natural seguir adelante y argüir después que el pensamiento es más noble que los sentidos y los objetos de la idea más reales que los que percibimos por los sentidos. Las doctrinas místicas respecto a la relación del tiempo con la eternidad también se apoyaron en las matemáticas puras, porque los objetos, como los números, si son reales son eternos y no colocados en el tiempo. Estos objetos eternos pueden ser concebidos como pensamientos de Dios. De allí se deriva la doctrina de Platón de que Dios es un geómetra, y la de Jeams Jean de que Dios ama la aritmética. La religión racionalista en contraposición a la apocalíptica ha sido completamente dominada desde Pitágoras y, sobre todo, desde Platón, por las matemáticas y sus métodos.
La combinación de matemáticas y teología que se inció con Pitágoras caracterizó la filosofía religiosa en Grecia, en la Edad Media y en los tiempos modernos, hasta Kant. El orfismo anterior a Pitágoras era análogo a las religiones asiáticas de misterios. Pero en Platón, San Agustín, Tomás de Aquino, Descartes, Spinoza y Leibniz existe una fusión íntima de religión y razonamiento, de aspiración moral y admiración lógica por lo eterno, que procede de Pitágoras, distinguiéndose la teología intelectualizada de Europa del misticismo más directo de Asia. Solamente en tiempos modernos ha sido posible declarar abiertamente que Pitágoras estaba en un error. No conozco ningún otro hombre que hubiese tenido mayor influencia en el campo del pensamiento. Lo digo porque lo que aparece como platonismo resulta, después de analizarlo, esencialmente pitagorismo. Toda la concepción de un mundo eterno que se revela al intelecto y no a los sentidos, se deriva de él. Si no fuere por él, los cristianos no habrían considerado a Cristo como el Verbo; a él deben los teólogos la búsqueda de pruebas lógicas de la existencia de Dios y de la inmortalidad. Sin embargo, en Pitágoras todo eso queda aún sobreentendido".

Historia de la filosofía occidental , Bertrand Russell
* Evidente por sí mismo, sustituido por Franklin, en lugar de lo "sagrado e innegable" de Jefferson

 

 

NOTAS:

(1) De nuevo hallamos la visión negativa de la mujer en la antigua Grecia, aunque, curiosamente, en la sociedad que Pitágoras fundó fueron admitidos hombres y mujeres en iguales condiciones.

(2) He aquí un fragmento del último capítulo, cuando Robert ha culminado su instrucción matemática y ha ido a la 'Gran cena en el infierno de los números/ cielo de los números":

_'¿Quién es? _preguntó Robert.
_Es el inventor del cero _susurró Teplotaxl.
_¿El es el más grande?
_El segundo más grande _dijo el diablo de los números_. El más grande de todos vive allí arriba, donde termina la escalera, en las nubes.
_¿El también es un chino?
_¡Si yo lo supiera! No lo hemos visto ni una sola vez. Pero todos lo respetamos. El es el jefe de todos los diablos de los números, porque inventó el uno. Quién sabe, quizás ni siquiera sea un hombre. ¡Quizás sea una mujer!'.


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© José Sánchez-Cerezo de la Fuente 2004


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