Dentro de la divulgación
científica, este libro nos ofrece sin duda un
enfoque original. En él podemos leer las cartas
que un hombre del año 9687 le escribe a Newton,
una correspondencia imaginaria en la que Always Maksir,
pues así se llama el habitante del futuro, le
relata al científico inglés cómo
ha evolucionado la ciencia y la sociedad, qué
cambios han tenido lugar y cómo la ciencia, habiendo
encontrado la solución a la mayoría de
los enigmas, ha dado lugar a la una sociedad en la que
ya no hay posibilidad para el descubrimiento. Una sociedad
sin duda mucho más avanzada, pacífica,
y estable que la que podemos hoy imaginar... pero demasiado
estable, quizá. La pérdida de la posibilidad
de nuevos descubrimentos deja un mundo más vacío
y con menos sentido, pues es en el descubrir antes que
en las respuestas donde radica la emoción.
Pero no sólo
del futuro nos hablará Sanchez Ron por boca de
su personaje. Los avances científicos habidos
entre la época de Newton y la actual ocupan la
mayor parte de la obra, en realidad. Y así, en
este contexto singular, en este puente entre el tiempo
de Newton, 1687, y el situado 8000 años después,
desfilan las teorías de Darwin, las de Einstein,
el descubrimiento del ADN y el papel y la evolución
de la ciencia en los tiempos en que nosotros, los lectores,
nos ha tocado vivir.
Así pues,
divulgación científica, exposición
de ideas y teorías, de forma clara y amena, y,
por tratarse de una correspondencia, con un atractivo
toque personal. Pero a la vez, anticipación razonada
de qué pueda ser lo que el futuro deparará.
Personalmente, estos ocasionales vislumbres han sido
lo que más me han mantenido en tensión.
Será porque soy optimista, de esos que piensan
que cualquier tiempo futuro será mejor.
Divulgación
científica con toques de anticipación.
Quizá la mezcla les parezca extraña, pero
el resultado no ha podido ser mejor.
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