Es probable que alguna vez hayamos hablado
con alguien acerca del universo y seguramente, en algún
momento de la conversación,
hayamos oído que existen miles de millones de galaxias,
cada una con miles de millones de estrellas, o que tal
o cual estrella concreta está a tanta distancia,
se mueve a tal velocidad y está compuesta de esto
y de lo otro.
Es muy probable,
también, que nuestra primera reacción
ante esos datos, dados con tanta precisión y
confianza sobre cosas que nos parecen tan remotas e
inaccesibles, sea la de pensar "bueno, ¿y
eso CÓMO lo sabes?". Es una reacción
normal y muy saludable, por cierto. Ante tales afirmaciones,
y ante muchas otras que no parecen tan complicadas,
siempre deberíamos preguntar cómo se sabe
eso.
Pues bien, el mérito
de este pequeño libro de Isaac Asimov es precisamente
el de explicar con mucha claridad cuál es la
respuesta a estas cuestiones. Para ello realiza un recorrido
histórico que comienza por explicar brevemente
la importancia del sol y de la luna para la elaboración
de calendarios, pues éste era el interés
práctico que tenía el estudio de los cuerpos
celestes al comienzo de la historia. Los comentarios
sobre las estrellas y la historia de los problemas que
han suscitado, desde los antiguos griegos hasta la actualidad,
ocupan la mayor parte del libro (capítulos 2
al 7), junto con abundantes tablas y gráficos
que ayudan a situar los interrogantes que antes mencionábamos.
Un último, capítulo acerca de la posibilidad
de vida en torno a otras estrellas, en qué condiciones
es posible, cómo puede desarrollarse, etc., no
hace sino dejar la puerta abierta a la curiosidad del
lector, pues plantea cuestiones sugerentes sobre el
futuro de la humanidad. Puesto que el libro se dedica
en particular a Alpha Centauri, la estrella más
cercana a nuestro sol (en realidad un sistema formado
por tres estrellas), situada a tan sólo 4´40
años luz, Asimov se pregunta ¿puede haber
planetas girando en torno a Alpha Centauri? ¿es
posible que tengan vida? ¿podríamos ir
allí? ¿cuánto tardaríamos?
Tal vez llegue
un tiempo en que se pueda llegar fácilmente
a las estrellas por algún método no
previsto fácilmente ahora mismo. Y, si ello
es así, es muy natural predecir que las primeras
estrellas que se exploren serán las del sistema
Alpha Centauri.
Incluso puede ocurrir que, si Alpha Centauri A o Alpha
Centauri B poseen un planeta habitable en el que no
existan formas inteligentes de vida nativa, los seres
humanos colonicen el planeta. Entonces, el sistema
de Alpha Centauro sería el primer lugar en
que los seres humanos se construyeran una nueva vida
bajo un sol extraño.
Un glosario al final del libro ayuda a esclarecer los
términos
más técnicos.
|