TEMA 1
TEMA 47
TEMA 48
 
 

 

 

CUADERNOS DE FILOSOFÍA

Volver al Índice del TEMA 1

 

3. LAS FORMAS DE LA EXPERIENCIA FILOSÓFICA

A partir de los distintos problemas filosóficos, como hemos dicho, se han generado distintos tipos de experiencia filosófica. La siguiente ordenación sigue un orden cronológico, pues pretende mostrar, por un lado, que las sucesivas experiencias filosóficas ante el mundo constituyen una progresiva profundización en el conocimiento de la realidad y, por otro lado, que existe una relación entre unas y otras que no conviene olvidar.

Al referirnos en esta ocasión a las experiencias filosóficas que se han dado a lo largo de la historia abandonaremos el enfoque individual del anterior apartado para pasar a hablar de los intereses y problemas, las incógnitas y las preocupaciones de épocas o pueblos enteros (si bien es cierto que los textos de los que nos valemos para ejemplificar cada experiencia, son, naturalmente, fruto de un solo autor, no por ello dejan de ser representativos de la manera de experimentar o de ver el mundo de un grupo social en un momento dado). Hablar de la experiencias "colectivas" presenta sin duda más problemas de análisis, pero es indudable que tales distinciones por épocas (filosofía griega o filosofía romana, por ejemplo) o incluso por países (filosofía inglesa y filosofía alemana) suponen una inestimable ayuda a la hora de aglutinar y agrupar las diversas formas de entender el mundo y la propia filosofía (más adelante examinaremos esta cuestión con cierto detenimiento).

La primera experiencia que aparece en la historia de la filosofía es la que podríamos denominar experiencia físico-natural , y hace su aparición de la mano del problema de la Physis o Naturaleza, esto es, la búsqueda de un principio básico que constituya la realidad originaria de todas las cosas (las respuestas a este problema por parte de algunos presocráticos, fueron los diversos elementos, o una cierta combinación de ellos). No obstante no transcurre mucho tiempo hasta que aparece una genuina experiencia metafísica con el problema del Ser planteado por Parménides. La experiencia metafísica supone la preocupación por el fundamento último de esa realidad. Con Sócrates se tratan de lleno las cuestiones acerca de la virtud y la moral, con lo que irrumpe la experiencia ética o axiológica (en torno a los valores), tratada igualmente por los sofistas, quienes a su vez reflexionan sobre el lenguaje y la política así como el problema del conocimiento. Podríamos denominar a cada una de las maneras de enfrentarse a estos problemas experiencia lingüística, política , etc. pero el término no es adecuado en todos los casos (los más oportunos tal vez sean los de experiencia metafísica y ética, ejemplificada esta última por los dilemas éticos o por los casos de conductas ejemplares). En cualquier caso lo importante es constatar que cada tipo de problema se vive de una determinada forma, da lugar a distintas actitudes y tiene como consecuencia distintas soluciones. ¿Bajo qué nombre calificaríamos, por ejemplo, la siguiente experiencia que recoge Demócrito?:

"Hay que reconocer que la vida humana es frágil, que dura poco y que constantemente se ve sacudida por los golpes y las dificultades del destino; por lo tanto, no debe preocuparse uno por poseer, más que moderadamente, y medir la miserias según lo que es necesario."

Demócrito de Abdera

Platón es el primer gran sistematizador de la historia de la filosofía, y no hay problema filosófico que no reciba cierta atención de su parte. La famosa afirmación de A. N. Whitehead, "la historia de la filosofía occidental es una serie de notas a pie de página de la filosofía de Platón", puede parecer exagerada en cuanto al contenido se refiere, pero en lo que respecta a nuevos enfoques, problemas y experiencias no resulta tan descabellada. Todos los temas mencionados anteriormente, así como la experiencia estética, el amor, la muerte, la historia, la naturaleza humana, la matemática, el placer y cuantas cuestiones pueden ser objeto de la filosofía, tuvieron cabida en su filosofía (probablemente la lógica formal sea la única excepción)

El siguiente ejemplo muestra las reflexiones de Platón con motivo de su experiencia política. Si bien su experiencia es individual y exclusivamente suya, representa, como ya hemos dicho, un modo de sentir que sin duda compartirán muchas otras personas, no solamente en su tiempo, sino en otras épocas y lugares:

"Al ver esto y al ver a los hombres que llevaban la política, cuanto más consideraba yo las leyes y las costumbres, y más iba avanzando en edad, tanto más difícil me fue pareciendo administrar bien los asuntos del Estado. La legislación y la moralidad estaban corrompidas hasta tal punto que yo, lleno de ardor al principio para trabajar por el bien público, considerando esta situación y de qué manera iba todo a la deriva, acabé por quedar aturdido. Finalmente, llegué a comprender que todos los Estados actuales están mal gobernados, pues su legislación es prácticamente incurable sin unir unos preparativos enérgicos a unas circunstancias felices. Entonces me sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía, y a proclamar que sólo con su luz se puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y en la vida privada. Así pues, no acabarán los males para el hombre hasta que llegue la raza de los puros y auténticos filósofos al poder, o hasta que los jefes de las ciudades, por una especial gracia de la divinidad, no se pongan verdaderamente a filosofar"

Carta VII, Platón

Aristóteles, considerado el iniciador de la lógica formal clásica (aunque muy limitada en comparación con los desarrollos de la lógica contemporánea) tiene como experiencia fundamental la metafísica y la búsqueda de los principios de todos los seres. Como todos los grandes sistematizadotes que se han dado a lo largo de la historia de la filosofía, su gran preocupación fue la del orden y armonía interna de su sistema. En su caso se vio influido en gran medida por el estudio de la naturaleza y de la biología, lo que le llevó a estudiar la realidad buscando su origen, constitución y finalidad.

Con la filosofía helenística, que responde directamente a una época de inestabilidad e inseguridad política, la filosofía se convierte en una útil herramienta para alcanzar la felicidad. La reflexión, y la actitud que debe derivar de ella, tienen una finalidad práctica y una importancia fundamental, hasta el punto de convertirse en un "modo de vida". Las especulaciones abstractas, especialmente en la etapa final del período helenístico, son olvidadas o rechazadas en la medida en que no proporcionan un modelo de conducta satisfactorio. El estado de ánimo del sabio, según esta forma de entender la filosofía, se caracteriza por ser independiente, justo y ecuánime. Es un modelo que ha calado en el imaginario colectivo hasta el punto de conformar la figura del sabio por excelencia.

La experiencia religiosa no es, estrictamente hablando, una experiencia filosófica (aunque puede tener elementos metafísicos). Sin embargo, no por ello es ignorada por los filósofos, para los cuales las cuestiones relativas a la fe o a la relación entre ciencia y religión han ocupado un lugar central, especialmente en la época medieval a partir de la difusión e implantación del cristianismo en occidente. San Agustín o Santo Tomás son ejemplos de este modo de experimentar la filosofía. Ahora bien, dado que la experiencia religiosa está íntimamente vinculada a otras experiencias que sí pueden considerarse genuinamente filosóficas, como la experiencia de la mortalidad, de la finitud del ser humano o del sentido de la vida, abundan a lo largo de la historia de la filosofía ejemplos de este modo de vivir y sentir:

"El hombre no es más que una caña, la más debil de la naturaleza; pero es una caña pensante. No es necesario que todo el universo se arme para destrozarlo: un vapor, una gota de agua es suficiente para matarlo. Pero aunque el universo lo destrozase, el hombre sería aún más noble que el que lo mata, porque sabe que muere y sabe la superioridad del universo sobre él; en cambio, el universo no sabe nada de ello. Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Es con éste como debemos ennoblecernos, y no con el espacio y el tiempo que podamos ocupar"

"Navegamos en un vasto mar, siempre inseguros e inestables, arrojados de un extremo a otro. Cuando vislumbramos alguna roca que nos permita acercarnos a ella y ponernos a salvo, desaparece y nos abandona, y si la perseguimos, se desliza y se nos escurre de las manos, huyendo en una fuga eterna. Nada se detiene por nosotros. Ésta es nuestra condición natural, que sin embargo es lo más contrario a nuestra inclinación; deseamos con ardor el hallar un orden estable y una base última para edificar en ella una torre que se alce hasta el infinito; pero todo nuestro fundamento se agrieta y la tierra se abre en un abismo."

Pensamientos , Blaise Pascal

El curso posterior de la historia de la filosofía profundizará en estas experiencias, las vivirá de otra manera, pero no llegarán a crearse formas completamente nuevas. Lo que si sufrirá un gran desarrollo será la reflexión filosófica con respecto a otras áreas del conocimiento. De esta forma harán su aparición, por poner algunos ejemplos, la filosofía de la acción, filosofía de la historia, filosofía de la matemática, filosofía de la ciencia, filosofía de la historia, etc.

Como hemos podido comprobar, lo que llamamos experiencia filosófica es una síntesis de factores personales tales como el carácter individual y la historia personal y de factores sociales. Adolfo Sánchez Vázquez lo plantea de la siguiente forma:

"¿Podría afirmarse como afirman Nietzsche y Wittgenstein que toda filosofía es una autobiografía, como decía mi maestro Gaos, "confesión personal"? No; la obra es irreductible a la existencia individual de su creador, incluso en la poesía lírica, pues la subjetividad no es absoluta. Menos reductible aún es la filosofía, ya que en ella se hacen presentes la sociedad, la época, la clase, la tradición, elementos todos que trascienden al individuo, aunque el filósofo se nutra de todos ellos."

Filosofía y circunstancias , Adolfo Sánchez Vázquez

Para distinguir en qué medida la experiencia filosófica de un autor concreto está influida por su carácter o por el momento histórico en el que se encuentra resulta muy práctico e ilustrativo compararlo con otro autor que haya abordado el mismo problema. Por ejemplo, parece claro que las diferencias en el modo de experimentar las paradojas lógicas por parte de Wittgenstein, para quien suponían un verdadero tormento y fuente de angustia, con la manera como las vivía Lewis Carroll, para el cual eran fuente de diversión y entretenimiento, se debe fundamentalmente a la diferencia de caracteres de uno y otro. Por el contrario, en el modo de aproximarse a las cuestiones religiosas de los filósofos medievales, pongamos por caso, y de Kierkegaard, no se puede olvidar el momento histórico de cada uno y la tradición de pensamiento con la que cada uno cuenta.




Anterior

© José Sánchez-Cerezo de la Fuente 2004


Cuadernos de Filosofía